Memorias de 100 y Aldabo  
 
  Memorias de 100 y Aldabo

Capítulo 1
La detención

23 de febrero de 2009.
Lunes, 7:00 AM.
Aeropuerto Internacional José Martí. Ciudad Habana.

Aeropuerto Internacional José Martí

Se oye un aviso por el sistema de audio del aeropuerto:

- "Mexicana de Aviación, vuelo 7323 abordar por la puerta 7".

Los pasajeros del vuelo 7323 de Click de Mexicana nos vamos colocando en fila para abordar la aeronave. Pasan unos minutos en los que se ponen de acuerdo los empleados que atienden los vuelos de Mexicana y comienza el abordaje. Faltando unas pocas personas para que me tocara enseñar el pase de abordar y entrar por el "tubo" que conduce al avión, se acerca a la fila un empleado del aeropuerto preguntando por un pasajero:

- ¿Pérez Andrés?, ¿es alguno de ustedes el pasajero Pérez Andrés?
- Soy yo.
- Tiene que bajar a chequear en la Aduana.
- Ok.

Aeropuerto Internacional José Martí
Aeropuerto Internacional José Martí en Ciudad de la Habana
Pasillo que conduce al área de espera y a la Aduana

Noto que lo habitual es que por el sistema de audio llamen a los pasajeros a pasar por la Aduana, cosa que no ocurrió en este caso. Me dirijo hacia allí bajando una escalera que conduce a un saloncito que tiene sólo una mesa vacía con una silla donde está sentada una aduanera de unos 35 años, blanca, con cara de sueño, que después supe que se llamaba Yulieski.

En el piso hay dos maletas, una de ellas es negra y enseguida la reconozco como mía.

Hay otra maleta de color rojo, casi junto conmigo bajó otro pasajero que la identificó como suya. La aduanera le pregunta si trae algún tipo de instrumental metálico, a lo que el pasajero responde que sí, que son tijeras de peluquería. Le piden que abra su maleta y al comprobar lo dicho lo dejan ir. La oficial de Aduanas me dice que suba mi maleta a la mesa y que la abra. Obedezco su orden y ella procede a revisarla. En ese momento llega otra aduanera de más edad que la primera, de unos 45 años, blanca, algo gordita, por el trato entre ellas me doy cuenta de que es la jefa. Después supe que se llamaba: María García Marrero.

Aduana Cuba
Aduana Cuba
Aduana Cuba
Aduaneras revisando el equipaje en el Aeropuerto Internacional José Martí

La recién llegada ve dos sobres amarillos en mi maleta y le llaman la atención, me pide que los abra. Al ver su contenido se muestra asombrada, como si fuera algo extraordinario. En ellos llevo fotos relativamente antiguas en blanco y negro, algunas de ellas de antes del triunfo de Castro el 1ro de enero de 1959. Otras muchas son posteriores y muestran diferentes etapas de la Revolución. Estas fotos son coleccionables. Soy coleccionista de antigüedades desde hace más de diez años. La aduanera de más edad hace algunos comentarios, haciendo ver como que aquello es algo importante, pero realmente no sabe que decisión tomar, hasta que hace una llamada por teléfono pidiendo que venga alguien para que tome una decisión.

A los pocos minutos aparece en la escena un oficial de la Aduana de edad avanzada, blanco, canoso, de semblante sereno y de buenos modales, que parece ser el oficial de más alto rango en esos momentos en todo el aeropuerto. Luego de inspeccionar las fotos se dirige a mí:

- Estas fotos pueden formar parte del patrimonio, pero nosotros no somos especialistas en patrimonio. Hemos mandado a buscar al experto que debe estar de guardia en el aeropuerto pero no se encuentra. En estos casos hay que hacer un acta de retención del material encontrado para su dictamen. En caso de que las fotos formen parte del patrimonio, éstas serán decomisadas, de no ser así les serán devueltas. Tiene usted 30 días para la reclamación.

Se vira hacia las aduaneras y se dirige a ellas de la siguiente manera:

- Cuenten bien las fotos delante del pasajero y hagan el acta, que la firme de conformidad y que se vaya en su vuelo.

Dicho esto da media vuelta y se retira. Yo me había percatado de que cuando llega este oficial, detrás de él y de forma cautelosa, a cierta distancia, venía una persona un poco rara, de tez muy oscura, vestido de civil y con un aparato de comunicación por radio en la mano. Es la típica imagen del "seguroso" cubano. Durante el tiempo que habló conmigo el oficial de la Aduana, esta persona se mantuvo a distancia escuchándolo todo, pero sin hacer o decir nada.

La aduanera de más edad se mantuvo en todo momento haciendo comentarios acusatorios y dando a entender que aquello era un gran delito. Procedió a contar las fotos, resultando en 214 el total de ambos sobres. Llenó un formato con la cantidad y la hora de elaboración del acta: 7:23 AM, y me pidió que la firmara.

Acabando de firmar de conformidad el documento se me entrega una copia de color rosado y en ese momento bajó un empleado del personal de Mexicana de Aviación preguntando por el pasajero que faltaba, a lo que la aduanera responde que ya voy a subir a tomar mi vuelo.

Andy P. Villa Mexicana de Aviación
Impuesto Aeropuerto Cuba
Pase de abordar de Mexicana para el vuelo 7323, Habana - Ciudad de México, el 23 de febrero de 2009

Cierro mi maleta y cuando voy en camino de la escalera que conduce de vuelta al salón de abordaje, entra en acción el hasta ahora inactivo personaje de tez oscura que había estado observando toda la maniobra mientras hablaba en voz baja por su aparato de comunicación, y se dirige a mí:

- ¡Usted no se puede ir, tiene que esperar ahí!

Le informa al personal de Mexicana de Aviación que no abordaré mi vuelo, que se pueden ir sin mí.

Esta decisión del "seguroso" me sorprende y desconcierta, pero permanezco tranquilo en espera de ver que pasará. Es evidente la consternación de las aduaneras, incluso comentan entre ellas que la Aduana no me detuvo, que fue decisión del agente de la seguridad que dio la orden. Llaman por teléfono e informan de lo sucedido y dejan claro que no es responsabilidad de la Aduana mi detención, previendo futuras reclamaciones de la línea aérea, de sus superiores o de alguna otra entidad gubernamental.

Me tuvieron algunos minutos sentado en el salón de la Aduana en espera de que decidieran que hacer conmigo. Las aduaneras también estaban evidentemente intranquilas, en primer lugar porque imaginan que les pedirán cuentas por haberse ido el vuelo faltando un pasajero que fue aparentemente detenido por la Aduana; y en segundo lugar porque a las 7:00 AM es el cambio de turno de todo el personal del aeropuerto y temen perder el transporte que las llevará o las acercará a sus casas. En Cuba la inmensa mayoría de las personas no tienen transporte propio y el aeropuerto queda lejos del centro de la ciudad.

Aparentemente dio la "casualidad" de que estaba por allí este agente de la seguridad del aeropuerto en el momento en que revisan mi maleta y le llamó la atención las fotos encontradas, y así lo pensé inicialmente. Mi caso se hizo famoso en todo el aeropuerto por ser el primer pasajero que pierde su vuelo y es detenido por unas fotos, algo muy normal de llevar en una maleta y que no es delito en ninguna parte del mundo.

Posteriormente se supo que no era casualidad que el "seguroso" anduviese por allí en ese preciso momento, sino que iba a reunirse con su novia o amante, la aduanera de más edad llamada: María García Marrero, para irse juntos al terminar su turno de trabajo. La causa de que estuviera mariposeando por la Aduana no era la de cumplir con sus funciones a cabalidad ante cualquier irregularidad, sino que andaba tras la aduanera. Incluso, posteriormente en el aeropuerto fluía el comentario de que este personaje había exagerado en mi detención para lucirse ante quien estaba cortejando, como muestra de poder y autoridad.

Luego de unos minutos de espera en el salón de la Aduana, el "seguroso" me ordena que tome mi maleta y lo siga. Me conduce fuera del aeropuerto hasta unos contenedores que están aparentemente abandonados o vacíos en el costado izquierdo del aeropuerto, mirando a este de frente.

Aeropuerto Internacional José Martí
Vista frontal de la Terminal Tres del Aeropuerto Internacional José Martí

Estos contenedores están a un lado de la entrada principal de la Terminal Tres, antes de llegar a un estacionamiento que hay de ese lado, que tiene a continuación un restaurante. Me introducen en uno de ellos, que está por dentro muy bien habilitado por el Ministerio del Interior (MININT) para este tipo de labores.

Adentro hay un oficial sentado ante una computadora, quien varias veces pide datos sobre mi persona y hace llamadas telefónicas. Puedo ver que van apareciendo las fotografías que me han sido tomadas en los viajes que he hecho a Cuba en otras ocasiones. Cada vez que una persona entra o sale del país, en el departamento de Inmigración le toman fotos y comprueban la información que tienen de todos los que nacieron en la isla o que la han visitado alguna vez.

Hacen varias llamadas telefónicas, consultas, en esa espera estoy allí cerca de una hora. Aproximadamente a las 9:00 AM me conducen fuera del contenedor donde ya me esperaba un auto marca Lada de patrullas de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria).

Auto Lada Policia Cuba
Auto Lada Policia Cuba
Auto Lada Policia Cuba
Autos "Lada" de fabricación soviética
Usados en Cuba como patrullas de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR)

Un oficial joven, blanco, de buenos modales, me ordena que entre a la patrulla junto con mi maleta y me conducen a una estación de la PNR que hay cerca de allí, conocida como la "62", en la avenida llamada: Nguyen Van Troi.

 

Memorias de 100 y Aldabo Ileana Ros

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