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Artículos de Andy P. Villa
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23. ¿Cómo la debe estar pasando
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El español Ángel Carromero Barrios, acusado por el Gobierno de Cuba de ser culpable de la muerte de Oswaldo Payá Sardiñas, ya fue trasladado a la sede del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) conocido popularmente como: "100 y Aldabó" por la dirección donde se localiza.
Pareciera un procedimiento normal, pero no es así. En cada provincia de Cuba hay un DTI que se encarga de investigar los hechos con responsabilidad penal, lo que se llama: "proceso de instrucción", para finalmente llevar a cabo un juicio en la provincia donde se haya cometido el delito.
Pero, dada la incapacidad probada de los instructores del MININT en todas las provincias, cuando un caso es de interés del Gobierno, es trasladado a 100 y Aldabó para que sea atendido por lo mejorcito que tienen en la actualidad, que realmente también deja mucho que desear en cuanto a capacidad intelectual para resolver los casos.
100 y Aldabó
La táctica que se usa en 100 y Aldabó para obtener información, en vez de investigar seriamente, es la de mantener al detenido en condiciones muy precarias, que incluyen torturas físicas y psicológicas, esperando que no las soporte y esté listo para declarar lo que a ellos les conviene, sin importar mucho si es la verdad o no.
En el caso de Ángel Carromero la situación se complica, porque necesitan que declare de una forma muy específica que los libere de la culpa por el asesinato de Oswaldo Payá y que, de paso, le sirva al Gobierno para retomar su imagen de víctima de los "enemigos externos que conspiran contra la Revolución". Además, está de por medio el factor "tiempo", ante las presiones internacionales, tanto diplomáticas como mediáticas.
Esto hace que Ángel haya sido probablemente sometido a una presión mayor de lo normal, siendo extraído de su celda varias veces al día, a cualquier hora, para ser conducido a los cuartos de instrucción y presionado por los mejores oficiales que tienen en el arte de intimidar y persuadir, no solo de la sección de homicidios, que es la que debería encargarse del caso, sino de otro grupo que tienen en 100 y Aldabó formado por oficiales más experimentados para apoyar a las secciones en casos más complicados, o cuando los oficiales a cargo no logran avanzar en la investigación.
Es habitual que estos interrogatorios se realicen a muy bajas temperaturas, en un cuarto pequeño con un aire acondicionado muy potente, donde el instructor tiene un buen abrigo y el preso está temblando, vestido con short y una camisa ligera sin mangas. Los cambios bruscos de temperatura y la exposición a bajas temperaturas son la forma más usada de tortura física en 100 y Aldabó sin dejar huellas.
No me extrañaría que uno de sus interrogadores sea una oficial con los grados de Primer Teniente, de tez muy oscura y alrededor de 50 años, llamada Juana, a la que en una ocasión el Mayor Armando Freyre González, ex jefe de la Sección 7 de Delitos Especiales llamó como: "Juana la Negra", famosa por su capacidad para lograr mejores resultados que el resto de sus compañeros.
El tiempo en que Ángel no esté siendo intimidado, coaccionado y amenazado, estará en una celda de dos metros de ancho por tres metros de largo, totalmente tapiada y casi herméticamente cerrada, excepto por una ventanita formada por tres ranuras en forma de "V" invertida colocada al fondo de la celda como a dos metros de altura, y por la rendija que hay entre la puerta de la celda y el piso.
Las celdas están diseñadas para sentir un calor insoportable en verano y un frío igualmente extremo en invierno. Yo estuve en 100 y Aldabó en los meses de febrero, marzo y abril, estuve ahí en los días más fríos del año 2009 y era imposible dormir por la noche por la falta de ropa de abrigo, ya que solo teníamos una fina sábana media roída por el tiempo de uso y una enguatada.
Pero los días calurosos eran los peores. Hay presos que se acuestan en el piso mugroso, sin camisa, para recibir un poco de frialdad, o una tenue brisa, pegando la cara a la rendija inferior entre la puerta de la celda y el piso. Muchas veces comentamos que si ese calor extremo era así en tiempo de frío, ¿cómo sería en los meses de verano?, sin dudas un infierno capaz de convencer a cualquiera de decir lo necesario con tal de salir de allí.
No solo era el calor, sino su combinación con la humedad de la celda y la sensación de ahogo dentro de aquel espacio de seis metros cuadrados compartido con otras tres personas más, que debíamos permanecer acostados o sentados en las literas de hierro afincadas con cadenas a la pared, ya que por el estrecho pasillo entre las camas, de unos 60 centímetros de ancho, solo puede pasar una persona para dirigirse al "baño", que consiste en un espacio de un metro cuadrado en la parte izquierda delantera de la celda, con un hueco en el piso para depositar los excrementos y un tubo sobre el hueco, de donde sale un chorro de agua tres veces al día durante 20 a 30 minutos para bañarse, lavar algo, o beber agua.
En algunas celdas esta salida de agua no tiene llave para ser regulada, por lo que sale el chorro de forma incontrolable mojando la cama inferior izquierda e inundando la celda. En otras es tan poca el agua que sale, que sus ocupantes deben concentrarse en recopilar toda la que puedan para beber o utilizarla en limpiar un poco el "baño" y mitigar el olor desagradable.
Cada celda tiene por fuera una llave de paso para que los carceleros regulen el agua según su criterio, o la orientación que tengan de los instructores en el proceso de "convencimiento" del reo.
Sobre la cama superior de la derecha, en todas las celdas, hay una estructura aparentemente de concreto macizo, que atraviesa toda la habitación por su parte más larga. Esto es algo verdaderamente extraño, mide aproximadamente 40 centímetros de alto por 40 centímetros de ancho y su función es la de provocar una sensación de estrechez en la celda, pues una parte de su volumen está ocupado por esta aparatosa construcción, aparentemente muy sólida. Además de haber muy poco espacio para cuatro personas, como máximo seis metros cuadrados y un volumen total inferior a los 18 metros cúbicos, se encuentra esta “cosa”, que no sólo le roba espacio a la celda físicamente, sino que da la impresión que se lleva muchísima de la poca área que hay. Yo estuve durmiendo varias semanas en la cama superior derecha, justo debajo de dicha estructura, y hay que tener muy en cuenta su presencia. Si a uno se le olvida que está arriba y se trata de parar sobre la cama, el impacto sobre la cabeza es demoledor. Estando sentado en la cama, me quedaba esta columna horizontal a unos centímetros más arriba de la cabeza. En el caso de una persona alta, posiblemente su cabeza tropezaría con ella.
La higiene dentro de las celdas es pésima. Como utensilios de limpieza los guardias tienen, para todas las celdas del piso, una escoba vieja de 50 centímetros de largo que ya casi no tiene los pelos o fibras con los que se barre. Existe también un palo grueso que se usa para tratar de destupir la letrina en caso de que esté atascada. Lo más importante, tienen un pedazo de tela que se usa como frazada de piso para limpiar o para recoger el agua que se sale del baño e inunda la celda. Todos estos “útiles de limpieza” hay que solicitárselos con tiempo y en préstamo a los guardias, que los traen cuando se acuerdan, o cuando toque el turno detrás de otras celdas que están en cola para usarlos.
Cuando ya la letrina no aguanta más de la mugre que tiene impregnada y el mal olor, se le puede pedir a los guardias que viertan un poco de ácido clorhídrico, para que de esta forma se afloje la suciedad, y luego pedirles prestado el pedazo de escoba para frotar y tratar de retirar la mugre. Lo más común es que se solicite varias veces el ácido y no lo traigan, hasta que alguna de esas veces accedan a dar un poco. Sin embargo, a veces los guardias solitos abren la celda y ellos mismos echan el ácido y dan instrucciones de cómo proceder, con evidente interés de que se vea el baño limpio. Esto siempre es señal de que se avecina alguna inspección de la Fiscalía.
La comida no es escasa, pero muy mal elaborada. Es común que huela a cucarachas o que sirvan alimentos raros o de dudoso contenido, como una vez que nos dieron un revoltillo de huevos muy grasoso que parecía confeccionado con grasa no comestible.
Nunca dan frutas o verduras, y el plato fuerte más común es una fritura de harina conocida como: "la frita asesina".
A veces ofrecen, amablemente, agua fría después de la comida. Lo primero que te advierten otros presos más viejos en 100 y Aldabó es que no la aceptes, pues viene con una sustancia a la que llaman: "habla habla".
Dentro de las celdas de 100 y Aldabó está prohibido leer ni escribir absolutamente nada, ni ningún tipo de juego o distracción, sin importar el tiempo que los seres humanos lleven aislados del mundo en estas mazmorras. Están diseñadas para volver locos a los desdichados que están encerrados dentro de ellas y torturados psicológicamente, por lo que no puede haber nada que los distraiga, hasta que el preso no aguante más y se rinda, y termine diciendo y firmando lo que sabe... o lo que quiere escuchar el instructor.
Lo único que se puede hacer durante las 24 horas del día es pensar, dormir, o hablar con los demás presos; excepto el tiempo en que se es trasladado para ser interrogado, o los minutos en los que se está comiendo, bañándose, o tratando de acumular agua para el resto del día. Son pocos los que pueden dormir allí adentro plácidamente, con tanto estrés y preocupación sobre que va a pasar con uno en el futuro inmediato. Se está totalmente incomunicado, excepto por la visita familiar semanal de diez minutos en presencia del instructor, o de la visita del abogado bajo la supervisión de un guardia a través de un cristal y en un cuarto lleno de micrófonos.
Otras de las cosas prohibidas de entrar desde el exterior y muy restringida es el papel sanitario, que solo se puede obtener de los carceleros una vez al día entre las 9:00 AM y las 12 del día, un pedacito de 20 a 30 centímetros por persona, de papel muy delgado y de mala calidad. Si no se pide en ese horario, ya después no se puede conseguir, te dicen que se acabó, aunque no sea cierto. Incluso, aunque se haga el pedido en tiempo, muchas veces no lo dan.
Otra forma de presión consiste en los compañeros de celda con que pongan a Ángel, que pueden ser desde los peores delincuentes, hasta agentes del MININT con la orientación de trabajarlo psicológicamente y convencerlo de la conveniencia de acatar las instrucciones de los oficiales a cargo del caso.
No se puede creer en la veracidad de las declaraciones que haga Ángel Carromero estando en 100 y Aldabó. Deben estar chantajeándolo con la amenaza de una larga condena por homicidio o por cuanta bajeza se les ocurra a los mejores instructores de "100 y se Acabó", sobre todo si está en manos de esbirros de cerebro retorcido como: "Juana la Negra".
Más información detallada sobre como es la vida en 100 y Aldabó se puede obtener en las 200 páginas que forman el libro: "Memorias de 100 y Aldabó, la Prisión más Temible de Cuba".
Este artículo fue elaborado a partir de una entrevista dada al periódico español Teinteresa.es:
Este artículo fue publicado originalmente en:
Reproducido posteriormente en:
24. ¡Fidel sí sabía hacer bien las cosas! |
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Fidel Castro siempre supo hacer bien las cosas, entiéndase por "cosas" todas sus fechorías y actos mafiosos durante los casi 50 años en que estuvo al mando de su "revolución", osea, de la finca privada en la que convirtió a Cuba.
Para esto le sirvió muy bien su entrenamiento como gangster universitario en la década de los años 1940s, que tuvo como colofón su idea de atacar un cuartel del ejército aprovechándose de que sus ocupantes estaban dormidos, y en su mayoría ausentes por ser día de carnaval, y para colmo, utilizando los mismos uniformes del enemigo. Acto que en la actualidad sería catalogado como terrorismo.
Pero su verdadera vocación de jefe mafioso pudo llevarla a la práctica ya siendo dueño y señor de Cuba y el primer acto importante y osado lo llevó a cabo en fecha tan temprana como octubre de 1959, al desaparecer del escenario a quien era el segundo hombre en importancia y apoyo popular, Camilo Cienfuegos, y sí, ¡literalmente lo desapareció sin dejar rastro!, con el cuento de que su avión había caído al mar.
Se dice que los implicados en esa misión secreta fueron muriendo posteriormente para no dejar cabos sueltos. Una operación exitosa, limpia, y aunque mucha gente sospecha que lo de la desaparición en el mar es un cuento de camino, ha logrado mantener a los crédulos lanzando flores al mar durante 54 años.
Inmediatamente después se deshizo de otro de los hombres claves de la Revolución, de probado valor y actitud firme, uno de los pocos que no le reía todas sus gracias y que tenía criterio propio.
Condenó a Huber Matos a 20 años de prisión, aunque su intención inicial era asesinarlo, pero se dice que Celia Sánchez lo convenció de que era peligroso que se le pasara la mano matando a un hombre muy querido en la provincia de Camaguey y en general en el Ejército Rebelde.
Luego, cuando otro de los hombres más importantes de su Revolución comenzó a resultar incómodo, tanto por sus declaraciones públicas en contra de la URSS como por sus ideas comunistas "puras" e intransigentes, que empezaron a no encajar con el cauce que comenzó a tomar aquella mentira llamada "Revolución"; Fidel Castro presionó al argentino para que se marchara de Cuba a llevar a la práctica la utopía de hacer otras revoluciones populares por el mundo. De su primer descalabro en el Congo lo rescató antes de que lo mataran, pero en su segunda aventura en Bolivia decidió abandonarlo. Aunque pudo sacarlo, pues tenía los medios para ello, entendió que era más factible dejarlo morir y crear un mito que seguir cargando con alguien tan conflictivo.
Durante todo el tiempo que duró al mando de la dictadura él mismo ideó, planificó y veló porque se ejecutaran correctamente infinidad de felonías, que van desde asesinatos en el extranjero hasta operaciones de robo de dinero. Su cultura sobre como delinquir, asesinar, hacer trampas, fabricar casos judiciales, y demás actos delictivos encubiertos se enriqueció de la experiencia que heredó de la KGB y la STASI.
A uno de sus mejores generales y héroe de la República de Cuba, Arnaldo Ochoa Sánchez, lo sacrificó y fusiló acusándolo de narcotráfico para salvarse él mismo de una acusación de tráfico internacional, cuando ya los Estados Unidos tenían pruebas de que Cuba estaba implicada en el tráfico de drogas y no le tembló la mano para fusilar también a uno de los fieles hermanos La Guardia y meterle 30 años de prisión al otro, para aparentar mano dura en contra de ese delito y salvar así el pellejo y no terminar como su amigo Manuel Antonio Noriega.
En aquellos tiempos de gloria como jefe mafioso tuvo la suerte de contar con buenos lugartenientes, que también sabían hacer bien las cosas y que ejecutaron sus órdenes de forma eficiente. Dos de los más importantes fueron: José Abrantes Fernández (Ministro del Interior) y Manuel Piñeiro Lozada, conocido como Barbaroja (Director de la Dirección General de Inteligencia, DGI). Ambos sabían demasiado. A José Abrantes, después de ser su sicario durante tantos años lo acusó de abuso de cargo, negligencia en el servicio, uso indebido de recursos financieros y ocultación de información en la Causa 2 de 1989 y ya estando en la prisión de Guanajay, sufrió un conveniente y fulminante infarto.
Manuel Piñeiro tuvo un sospechoso accidente del que sobrevivió con heridas leves, fue llevado a un hospital de ejecutivos del Gobierno donde murió, más sospechosamente aún, también de infarto cardíaco.
Aunque hay infinidad de sospechas de todas las fechorías de Fidel Castro, es un hecho que sabía hacer las cosas, y después eliminar a los testigos. Pero, a partir de que su hermano Raúl Castro heredó el cargo de Presidente de Cuba, la realidad es que lo que ha hecho es una cochinada:
- Al poco tiempo de tomar el mando dejó morir a Orlando Zapata Tamayo por falta de asistencia médica y ensañamiento de sus carceleros.
- Ha mandado a propinarles golpizas a un grupo de mujeres pacíficas que caminan por las calles vestidas de blanco ante las cámaras y los ojos del mundo.
- Casi se les muere Guillermo Fariñas en otra huelga de hambre.
- Le cayeron a golpes en un parque y ante la luz pública a Juan Wilfredo Soto García, y después se les murió en un hospital como consecuencia de las lesiones propinadas por la policía.
- Le ocasionaron serios problemas de salud en prisión a Wilmar Villar Mendoza, las que condujeron a su muerte tras 56 días de huelga de hambre.
- Golpearon una y otra vez cobardemente a la líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, hasta que ingresó en el Hospital Calixto García por insuficiencia respiratoria y sospechosamente se "complicó" y terminó convenientemente muerta.
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Orlando Zapata Tamayo 1967 - 2010 |
Juan Wilfredo Soto García 1965 - 2011 |
Laura Inés Pollán Toledo 1948 - 2011 |
Wilmar Villar Mendoza 1980 - 2012 |
Y ahora, para "ponerle la tapa al pomo", llevan a cabo el asesinato del principal disidente pacífico cubano, Oswaldo Payá Sardiñas, con un "accidente de tránsito" tan mal hecho que quedaron vivos y como testigos dos de los ocupantes del auto, que casualmente son extranjeros, que al salir de Cuba revelarán los detalles de esta cochinada de "operación encubierta" del DSE.
En los tiempos de Fidel no hubieran sucedido cosas como esta. Fidel Castro, en primer lugar, no hubiera fallado el primer intento de "accidente". Seguramente hubiera organizado mucho mejor la operación, al menos hubiera mandado un segundo carro detrás del que ejecutó el "accidente" para revisar los resultados y en caso de que hubiera quedado algún sobreviviente y testigo del asesinato, les hubieran reventado la cabeza contra la carrocería del auto. Hubieran hecho un buen trabajo, no este desastre. Ahora no quedarán dudas de quienes son los mafiosos y las sospechas de las pasadas felonías serán más que sospechas.
Fidel Castro, desde su casa de Punto Cero, debe estarse lamentando de haber dejado el negocio de "La Familia" en manos tan inexpertas.
Definitivamente, como dice el dicho popular: "No es lo mismo Juana que su hermana".
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25. ¿Qué planea hacer el Gobierno de Cuba con Ángel Carromero? |
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Este artículo parte de mi opinión de que lo que causó la muerte de Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero no fue un accidente de tránsito por la imprudencia del español Ángel Carromero al conducir, sino una operación de la Seguridad del Estado Cubana que se salió de control y resultó mal ejecutada. Da lo mismo si fue diseñada para asustar a los ocupantes del vehículo o para causarles la muerte a todos.
Mi opinión, que es compartida por la mayoría de los cubanos, dentro y fuera de Cuba, no es resultado solo de la conocida y probada malignidad del régimen castrista, sino también de numerosos factores que sumados hacen que sea extremadamente improbable que todo lo ocurrido sea "casualidad", entre ellos:
- Dos meses antes ya habían atentado contra la vida de Oswaldo Payá con otro "accidente de tránsito", y Payá había alertado a la opinión mundial de que su vida corría peligro.
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- Segundos antes del accidente se recibieron fuera de Cuba llamadas por celular o mensajes de texto, realizadas por uno de los dos extranjeros, avisando de que un auto los venía acosando en la carretera.
- Los análisis de varios peritos fuera de Cuba demuestran inconsistencias y errores en el reporte pericial del Ministerio del Interior. Sin contar con que todo análisis parte de la información pública ofrecida por el MININT, que no es confiable y puede estar llena de mentiras y manipulaciones.
Como resultado de este hecho murió el objetivo del atentado: Oswaldo Payá Sardiñas, el disidente cubano más conocido y respetado a nivel internacional y uno de los pocos opositores conocidos dentro de Cuba, gracias a que fue mencionado por James Carter en la Televisión Cubana, en la visita que realizó ese ex-presidente norteamericano a Cuba en mayo del año 2002.
Pero quedaron vivos los dos extranjeros, y es ahí donde empieza el trabajo de la Seguridad del Estado para que no se conozca la verdad.
A uno de los extranjeros, el sueco Aron Modig, lo tuvieron incomunicado durante seis días de interrogatorios, probablemente en "Villa Marista" o en "100 y Aldabó", donde la Seguridad del Estado se aseguró de que dijera ante las cámaras lo que le convenía al Gobierno.
Solo Modig sabe con qué lo habrán amenazado para que declarara en conferencia de prensa que no recordaba nada del "accidente". Pero, para que se mantuviera callado el mayor tiempo posible después de salir de Cuba, debe haber sido amenazado, entre otras posibles cosas, con que tomarían represalias con su compañero, el español Ángel Carromero, que quedó preso en la isla.
Carromero también tuvo una comparecencia ante cámaras, donde dijo (con lenguaje al estilo cubano y no español) que todo fue un accidente, que ningún auto los impactó y que la causa del siniestro fue un bache que trató de esquivar cuando conducía a alta velocidad.
Ahora, si todo está tan claro y fue solo un accidente por imprudencia al conducir y no ha sido acusado por ninguna de las familias de las dos víctimas:
- ¿Por qué no se le ha otorgó una fianza estando en espera de juicio? Cuba, en estos casos, cuando hay un accidente donde está implicado un extranjero, le retira el pasaporte hasta que termina el juicio y le pone una prohibición de salida del país en todos los aeropuertos.
- ¿Qué hacía Ángel Carromero precisamente en 100 y Aldabó, donde se mantiene a los detenidos en condiciones infrahumanas y sometidos a torturas físicas y psicológicas para arrancarles información y confesiones?
- Si hubiera la posibilidad de que estando con fianza evadiera el juicio, por ejemplo, asilándose en la embajada de España, ¿por qué no esperó el juicio en la prisión para extranjeros llamada: "La Condesa"?
- ¿Qué estaba planeando el Gobierno de Cuba con Ángel Carromero?
En primer lugar, el Gobierno necesitaba salir exculpado del asesinato de Payá y, de paso, meterle miedo a los extranjeros que viajan a la isla para ayudar a la oposición. Parece que no fue suficiente con la condena de Alan Gross, al menos para detener la solidaridad que llega a Cuba del viejo continente.
Lo más probable es que ya hayan negociado con Ángel Carromero y ofrecido dos opciones:
- Si declara la verdad se expone a una condena de diez años de privación de libertad a ser cumplida en el Combinado del Este de la Habana, en pésimas condiciones, tal y como lo conoció el mundo a través de los videos filmados por varios extranjeros y difundido en Internet por la periodista Dania Virgen García:
http://www.100yaldabo.com/videocombinado.htm
- Si declara ajustándose al guión elaborado por la Seguridad del Estado, donde se autoinculpa de negligencia al conducir a exceso de velocidad, deben haberle ofrecido la promesa de una pequeña condena a ser cumplida en la prisión para extranjeros conocida como: "La Condesa", donde los reclusos tienen privilegios de los que no gozan los presos en las cárceles para cubanos, como: el tener teléfono celular, comprar comida en una tienda y poder cocinarse ellos mismos, habitaciones con televisión para pocas personas, etc. Incluso, pueden haberle ofrecido otras opciones alternativas a la prisión en Cuba, como una multa, el sobreseimiento de su causa o el cumplir su condena en España.
Evidentemente, es mucho mejor pasar unos meses en "La Condesa" o en su patria que sufrir diez años en el "Combinado del Este".
Una vez que la persona accede a colaborar por primera vez con el DSE, se le va haciendo más difícil después cambiar de actitud. Además, ellos van estudiando al detenido y cada día, tras cada interrogatorio y mediante los oficiales del MININT encubiertos como compañeros de celda, van conociendo mejor sus debilidades y cómo lo pueden amenazar, coaccionar y manipular de forma más efectiva.
A mí, estando en 100 y Aldabó, el Mayor Armando Freyre González me amenazó con una condena de diez años o más en el Combinado del Este si no hablaba. Igualmente, la Primer Teniente Juana trató de que firmara declaraciones con lo que a ella le convenía, bajo la amenaza de acusarme de "CR" (Contrarrevolución) y una condena de 20 años de privación de la libertad en las peores cárceles cubanas. Sé muy bien que la mayoría de los oficiales de 100 y Aldabó no conocen de escrúpulos ni de ética. Y mi caso no tenía ni remotamente la importancia que tiene este asesinato para el régimen de La Habana.
Por supuesto que ninguna promesa que le haya hecho el G2 a Ángel Carromero tiene la más mínima garantía. Una vez que se haya llevado a cabo el juicio y consumado la farsa, filmada y bien documentada, el Gobierno de Cuba hará lo que más le convenga y le dará el número de años necesario para mantener a Carromero en Cuba bajo control y sin el riesgo de que revele la verdad en España.
El trabajo del abogado defensor es irrelevante, así tenga el mejor letrado, el más valiente y mejor preparado, que demuestre contundentemente su inocencia; de nada vale, pues la decisión será tomada mucho antes del juicio en "Punto Cero", o en el despacho de Raúl Castro. El juez y sus dos jueces legos solo harán su trabajo: lo ordenado por quien los emplea y les paga.
Al Gobierno le conviene mantener a Ángel Carromero el mayor tiempo posible en Cuba, para asegurarse de que el sueco Modig no hable por temor a represalias con su amigo, y de que Ángel esté controlado bajo amenazas y chantajes. A no ser que la presión e intimidación haya sido a tal grado de que estén seguros que al llegar a España no cambie su declaración. Una táctica inteligente fue retenerlo un tiempo en Cuba para usarlo como moneda de cambio con España por algo que les interese y que de otra forma no obtendrían.
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